17 febrero 2011

De este blog y tantas otras cosas que suceden

El escribir tiene esta importancia: torna claras las ideas, las ordena en palabras, en proposiciones; mientras no están escritas, formuladas, no son ni siquiera propiamente pensadas. Bernard Berenson

La idea de que mis textos los puedan leer muchas personas es una de las razones que menos me interesan. Ojalá unos cuantos amigos o enemigos me lean; así sería muy afortunado. Pienso, como Mario Vargas Llosa, que escribir es protestar contra las insuficiencias de la vida. Esperen aquí mis ensayos cada que el dinero no alcance para el diario (¿no es increíblemente perfecto este sistema donde el dinero nunca alcanza?).

Me gusta el lema de los bolígrafos INOXCROM cuando dice: "La vida es corta, escríbela". Su frase publicitaria me alienta a escribir. Todos deberíamos tener el lema de los bolígrafos INOXCROM. Todos deberíamos tener bolígrafos INOXCROM. Cualquiera puede escribir: poetas, periodistas o tenderos. Lo importante es el acto de escribir


Lo que sí no quiero es un blog intelectual. Y si no lo quiero es porque la mayoría de las veces lo intelectual liga muy bien con lo pretencioso. Tanto es así que ahora es uno de los insultos más contundentes, bonitos y sonoros: ¡intelectual! Recuerdo algo que me contaba una compañera del taller de poesía de Jaime Jaramillo Escobar, que había empezado tardíamente en la literatura: "Mi esposo antes me llamaba «puta»... ahora me llama «intelectual»".

Por último, se preguntarán por qué El oficinista amaestrado. Ese fue un bonito calificativo que me pusieron los que no les gusta lo que hago ni con quién me junto; porque viven más pendientes de los demás que de ellos mismos. A ellos les puedo decir que muchas gracias, que sus comentarios me ayudan a ser cada vez más quien soy y menos quien quieren que sea.